Mi nombre es Darien, que significa en Griego “regalo”, en ingles “grande”. Cuando estaba en el vientre de mi madre, decían que tenía complicaciones en mis riñones, que los conductos de las uretras estaban tapados, que sufría algún tipo de tumores en el vientre que no sabían que era. Pasaron el resto de los 9 meses, con angustia y desazón, sin saber realmente a lo que se enfrentarían después.

Cuando nací, les dijeron a mis padres que tenía un síndrome muy extraño. Es curioso, la vida te da, la vida te quita; a veces, no sabemos por qué suceden las cosas o ¿por qué a mí?, me dio la vida un pequeño regalo. Este síndrome se llama Prunne Belly o también conocido como Tagle Barret, para mejor comprensión es “abdomen de ciruela pasa” porque mi vientre se ve así, como de una ciruela pasa, esto sucedió no saben por qué, es un extraño caso de uno, entre 350 mil casos de bebés, que antes de nacer, no saben que tienen.

Este síndrome, se conforma de anomalías, entre las que se caracterizan la Hipoplasia, que es el desarrollo anormal del vientre, en este caso por la ausencia de pared abdominal, -¡caracoles!- Decía yo, como que no tengo abdomen, como voy a caminar, a respirar, jugar, sostenerme, eso no está bien; amén de esto, también tengo problemas con el tracto urinario, es decir que padezco de problemas con mis vías urinarias, puesto que las uretras y los riñones pueden estar dilatados, para seguir con criptorquidia bilateral, explico: podría no descender bien mis testículos, - ¡más chispas!

Cuando nací, fue muy complicado, para empezar, no me querían aceptar en el hospital, mi padre tuvo que hablar y hablar, hasta que logró que me ingresaran en el Hospital Infantil de México, donde después de mucho, muchos estudios les han dicho que tenía; debo decir que los pronósticos acerca de que sobreviviera no eran muy alentadores, llegue a tener a toda la familia en constante angustia, no sabíamos que pasaría. Logré pasar el mes, ya fue ganancia, con varias alteraciones, pues este síndrome me causa problemas en las vías respiratorias, cardiovasculares, ortopédicas cuando este más crecidito y gastrointestinales.

Afortunadamente, salí del hospital con los cuidados requeridos y con una larga lista de focos rojos que hay que cuidarme, como estar al pendiente mediante análisis que mi creatina sérica y nitrógeno úrico no estén elevados, porque ¡córrele al hospital! mis padres, más la familia han estado y estarán en constante tensión, será un ir y venir, una serie de operaciones a las cuales, me tendré que someter para poder sobrevivir, para no morir.

Un día mi abuela paterna estaba sentada, esperando que comenzara una junta, se puso a escribirme, pues estaba pensando en mí, me iba a ver el fin de semana al hospital.

No sé qué encontrará tal vez una montaña llena de cuevas donde duendes e ilusiones reflejadas en lo llano, parco, generadas por un andar ligero y angustioso lleno de temor. Acaso porque ha quedado hueca esperando que, esas cuevas antes llenas de reflejos multicolores, límpidos y abstractos, se llenen de mucho amor, amor por mí.

 

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