Cartas de amor
Capítulo 4 El origen Me siento triste porque ya nadie escribe cartas de amor. Pero… ¡si ya nadie lee! Me sumí un instante recordando esas cartas escritas al compañero de mi vida, fueron pocas. Puedo contar historias con ellas o de las personas que encuentro en el camino. Así como las historias que platica la gente de sus vidas, de sus amores. Me senté en mi cómoda silla ortopédica. Ya que debía cuidar mi espalda mientras escribía, la había conseguido a la altura y postura perfecta para que no me cansara. Me quedé viendo la hoja en blanco. Mientras ideaba por donde comenzar; después de tantos meses, de tantas cosas. Empecé con algunos fragmentos de las visitas a cada uno de los estados buscando mis chucherías. Cuando en algún momento regresé para servirme más café. Ahí estaba. Quieta y aguardando. A la espera, como si su mudez fuera intencional. La había olvidado en un rincón lógicamente, porque en mi casa, no se veía f...