Apropósito de las verdades a medias
¿Quién ha sentido, que no dice toda la verdad y le duele decirla? Es más común de lo que pensamos. Quedarnos con detalles que no terminan de contar toda la verdad que queremos decir. Las causas son muchas; miedo, inseguridad, descaro, que sé yo. El problema es, cuando esas verdades a medias, se vuelven nuestras verdades completas, enredamos de manera descarada y a conciencia, para poder llegar a manipular lo que esperamos de los demás. He vivido en carne propia, las mentiras que según, no son consientes, que puede que sean un mecanismo de defensa, para desde la perspectiva del que las dice, sea una máscara que lo proteja del inquisidor cuestionamiento. Decirlas forma parte de su vida, las expulsa cual vómito, para no dejar entrever su verdad, su esencia, su interior fracturado y vacío. Me he cuestionado tantas veces, la razón de sus mentiras. Tal vez, son herencia dejada de una anterior mentirosa profesional, pero, ahora, después de mucho trabajar en ello, he descubier...