UN POCO DE REFLEXIÓN 

Quiero compartir una reflexión. No es nada sencilla, es dolorosa, desconcertante y en estos tiempos, para analizarla. 

Hace unos días, me he enterado, que, a unas casas donde vive mi madre, había fallecido un médico recién graduado. Él, decidió, ofrecerse de voluntario en la Cruz Roja. Valiente, soñador, crédulo de que podía dar todo por los demás.

Su madre, tenía otro hijo, el cual, sufría de problemas físicos, había fallecido un tiempo antes. Cuando le han avisado a la madre, que su único hijo vivo, el que se encontraba encerrado, acuartelado para evitar contacto con la población, se había infectado de este visitante, este virus que tantas vidas ha cobrado y tantas otras ha tomado desde lo más leve, hasta dejar sin vida. L desesperación de esa madre, no hay manera de explicarla, no hay forma de dimensionarla.

Aquí, el punto, es intentar entender que no necesitamos tener a un familiar que se encuentra hospitalizado o siquiera llegue, al hospital, puesto que ya no hay camas disponibles. El caso es; de primera instancia, razonar.

Pasamos cada día de nuestra corta o larga existencia pensando, buscando anhelando, atesorando guardando, sean materiales o rencores, batallas, sueños. 

Quien nos garantiza que, el día próximo, simplemente, no existimos y, entonces pregunto, que disfrutamos, que expresamos, que dejamos para poder decir que nuestra vida, valió de algo. 

Un vecino, a pocas casas de la mía, se ha ido. El padre de un X, la hermana de una, la madre de otro. 

Hemos pasado como humanidad tantas tragedias, guerras, más pandemias, muerte, desolación y sin embargo, que hemos aprendido en cada generación, en cada pueblo, en cada hogar y como seres humanos. 

Que sentimos cuando decimos: de que lloren en la mía, mejor en la suya. He perdido padre, abuelo,  cuñados, conocidos y me quedo pensando, yo puedo ser la que siga, ¿por qué no?,  que más da, si me cuido, me lavo las manos, hago ejercicio, como de manera adecuada, traigo tapa bocas, vivo tranquila, evito ser pesimista, ¿y?, eso es garantía, no lo creo. 

Lo que si creo y, seguiré pensando, es que el ahora y el hoy, no son estados o términos de tiempo-espacio que determinen nuestra vida, son sencillamente el estado de conciencia en el cual queremos vivir o pensar.

El hoy y ahora, son la forma en la cual, decidimos actuar o pensar, accionar y decidir. Si sé que hay reglas sociales, las cumplo, cuál es el problema, siempre existen, si me quejo, que no puedo ver a los amigos, tendré tiempo adelante, si tengo que tener precauciones, según yo, nos las enseñaron desde chicos.  

Solo por un momento, seamos coherentes, esto no será para toda la vida y si acaso así fuese, vámonos acostumbrado a mirar la vida, como antes, no lo habíamos hecho.  

Queremos seguir adelante, seamos humanos consientes y pensantes. 

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