Tengo. Debo. Quiero
Ayer me cuestionaron sobre tres palabras. Tengo. Debo. Quiero. L a diferencia entre ellas en el contexto de enunciados que escribí. Lo primero que me vino a la mente cuando puse, tengo, en esas frases fue brutal. Fue como darme un trancazo en la cabeza al darme cuenta de que, era el sentido de obligación. Al igual que, el debo.
Sentir que se me atragantaban las palabras en la garganta cuando las leí, sustituí el tengo, por el debo. Es como si una cuerda invisible me rodeara la garganta, palabras que no eran mías, frases que salieron en aparente sin pensar, no porque en realidad fuesen mías, lo que sentía, lo que necesitaba.
Al entrar el quiero en ellas, quitando las dos anteriores, todo cobro sentido. No es obligación, no es tener que, ni deber que, es querer solamente.
Pero en este proceso de querer sin saber que es lo que en realidad quiero o necesito, esas palabras resuenan en mi mente como intangibles y a la vez reales.
Había dicho que deseaba tener un espacio para compartir, para ayudar. Este es la incógnita cuando te enfrentas a los cuestionamientos de: ¿qué quiero?, ¿hacia dónde voy?, y ¿por qué?
De hoy en adelante iré insertando, pequeñas disertaciones, con la esperanza de poder entenderme y entender a los demás.
Ayudar sin que yo me ayude, no es la meta.
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