Y nos estamos alebrestando
Últimamente me he cuestionado, ese movimiento desenfrenado por levantar la voz, por querer extender nuestros pensamientos ya sea, en sueños alcanzables de publicar, cooperar, compartir. Ese salir a las calles en marchas, plantones, mítines. Llegar al punto de atascar de noticias sean reales; puesto detrás de ellas, existe un regimiento de personas como cualquiera de nosotros, creando tendencias, que, al leerlas, sin duda alguna, creemos casi todo lo que vemos en las redes sociales.
La gente está despertando, se está involucrando, puede ser que, de todo lo que hable, muchas no sean las correctas, reales o simplemente, que sean de respetar; pero se respeta finalmente, las opiniones de todos, hasta llegar a la necedad.
He querido entender este fenómeno desde mi propia perspectiva, como una ciudadana común, que poco entiende de los quehaceres de los que detrás de un escritorio o de sus dispositivos, encaminan a las masas, a pensar en dirección que ellos desean.
Para comenzar, he de ser franca, poco me importaba hace unas décadas lo que pasaba en mi país, me dedicaba a vivir día a día, muchos jóvenes como habrá algunos, no buscábamos enterarnos del entorno, amen, de que no había tecnología; no teníamos computador, celulares, solo las noticias y periódicos, las historias de los padres o familiares, los chismes de la cuadra, las señoras que se quejaban de infinidad de cosas, ¿Qué nos podía importar eso?, pero, sin lugar a dudas ahora, las cosas han cambiado mucho y, no solo en mi país.
Durante mucho tiempo nos dejamos llevar por la narrativa, de que era una alternancia cual pelota de pingpong, se pasaban hasta hace algunos periodos de una mano a otra. Históricamente solo había de uno, ese que durante muchas décadas sumió al país en un estado de confort, en un estado de silencio incómodo, de solo caminar como autómatas.
Como todo estado, no vamos a ahondar en las cosas buenas o malas que pudieron hacer, esas que nos dejaron como herencia, esas por las cuales se ha luchado siempre, así como tampoco, intentaré cambiar de parecer a aquellos que, tienen sus propias predilecciones, ideales, creencias. Lo que quiero poner sobre la mesa es más confuso y alarmante, por no decir que espero que algunos coincidan con este análisis.
Siempre se ha luchado, se ha alzado la voz; de los contrario, no habría fechas que recordar, ni avances que festejar, si luchas que poco a poco se han ganado, aunque, sigan atoradas en el fondo de los estantes llenos de papeles y denuncias, alegatos y búsquedas, de abandonos y pérdidas. Pero, mi pregunta es, ¿ha observado que últimamente, que hay más movimiento?
Desde mi punto de vista, creo que cuando una figura, personaje, individuo, logra que la gente se mueva, hable, grite, proteste, destroce, es para ponerse a pensar. no estoy y lo aclaro a favor ni en contra de ese personaje, yo tengo mis propias convicciones, respeto la de los demás; pero me llama mucho la atención, la forma en que se están moviendo las aguas alrededor, sea para criticar o defender, sea para crear noticias tendenciosas, grupos de choque, infiltrados en las manifestaciones, lo que sea, pero se está moviendo la gente.
Este último ejercicio democrático, histórico, no solo por el hecho de la cantidad de personas que se movieron para poderla llevar a cabo, cosa loable. Lo asombroso fue, que salió mucha gente, que se manifestaron diferentes ideologías, buenas o malas ese no es el punto, como tampoco, si las personas se informaron sobre sus personajes a elegir, o si las propuestas eran de hecho, congruentes, no, lo que es de llamar la atención es, que una persona genera un estado de alzamiento, de motivación, de alternancia, democracia y equilibrio que, de momento, puede que no veamos, tal vez no en un tiempo corto, pero lo que sí podemos analizar es, que tanto la libertad de expresión, la libertad de manifestación, la diversidad de ideologías nos está llevando a un punto de inflexión, donde con absoluta certeza, podemos opinar, criticar, alzar la voz y decir, que por primera vez, podemos pensar en un país democrático y libre.
Para mí, es como una justa de futbol, unos le van a un equipo, otros a otro, algunos al que gane, otros simplemente no les llama la atención; pero, en es juego, participan, ganen o pierdan, gritan y alzan las porras. El ejemplo es burdo, si puede ser, el punto es, ¿alguien se ha dado cuenta de que nos están dejando pensar, movernos, discutir, incluso hasta burlarnos de ese personaje? y, se queda impávido, debate, protesta, recrimina, logra que un tema sea de interés, logra que estemos o no de acuerdo e incluso, si nos interesa, investigar el porqué y para qué, nos deja ser participes, nos deja tomar nuestras propias decisiones.
Ese personaje, es un ser humano como lo somos todos, con miles de defectos y con muchas virtudes, como cualquiera de nosotros, noes mago, no es perfecto, no es el que tiene una bolita mágica; que podría ser que ha tomado malas decisiones, sí, puede ser, nosotros las tomamos cotidianamente y, también nos critican, hasta vamos al psicólogo, al médico y al curandero. Pero ha estado muchos años, muchos, recorriendo de cabo a rabo, metiéndose en cada rincón, con la gente que nunca en su vida pudo ver a otro personaje, que se ha dedicado a buscar soluciones, no problemas.
Sé perfecto que aquí la narrativa será tomada como defensa al este personaje. Intentaré ser un poco más imparcial. ¿Qué pasa cuando te acostumbras a vivir a cuerpo de rey?, pateas a los perros, te metes en los bolsillos cuanta lana puedas, dejas de pensar en la gente, esa seguirá sobreviviendo, de buenas a primeras, llega un gandalla, queriendo cambiar muchas cosas, empezando por la posibilidad de seguirte robando lo que le pertenece a todos, no solo a algunos, no te parecerá, seguro que no, y menos, cuando lees que lo hace por sus bolas, cuando te lo pintan como el malo de la película, en fin.
Se las voy a cambiar. La narrativa que siempre se ha manejado, hay pobres y ricos, hay buenos y malos, forma parte del equilibrio, es necesario, indispensable que existan los polos opuestos, entonces pregunto, ¿ no es mejor tener la libertad de opinar, dialogar, protestar y levantarse, estemos o no de acuerdo?
Cuando una persona logra que la gente se mueva, como sea, pero que se mueva, pongámonos a pensar, ¿es bueno o no?, ¿qué gano con eso?, ¿en qué puedo colaborar?.
Interesante ¿no?
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