El recorrido entre lo físico y lo metal (parte 1)

"Tu recorrido existencial, reflexivo, físico semántico apuntalado por tus búsquedas paralelas de paz y encuentro, son extraordinarias". 

Estas son las palabras angulares. 

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La insoportable inexistencia de no existir. (La terapia sicológica)

A veces, me pregunto, cuál ha sido la razón de que no sepa quién soy, a dónde voy y, que quiero. Me he pasado la vida, la corta que tengo, pues a los cincuenta no me considero en la vejez. Ha sido un proceso de lucha conmigo misma, de sentirme atada a algo inexistente, que no sé siquiera, a dónde me lleva.

En este proceso de intentar encontrarme con la yo, que no se conoce, empecé a buscar en pequeños rescoldos de mi inexistente memoria, esos, que están guardados en algún lugar, pero que por extraña razón, no quieren ver la luz. En este ir y venir, me di a la tarea, cuando una motivación externa a mí, me llevó a cuestionarme, intentar entender que las cosas que me ha pasado en la vida, muchas, no fueron mi culpa, otras, las que creo que debo de indagar cuáles son las que me pertenecen, delimitar si me causan daño y por ende, eliminarlas. Los aprendizajes que me han dejado, las consecuencias, los premios, pero he ahí uno de los primeros problemas, siento que de todas esas experiencias no me debo de quedar con nada, no porque todo sea malo, podría ser, como estoy tratando de entender ahora, no son mis historias, mi historia la he contado, intentando encontrar ese algo que no descubría.

Resulta que, tengo una vida cimentada en pilotes inexistentes. Tal como lo expresé el algún momento cuando hablaba de mi hijo, su vida es la misma, sus pilares son tan endebles que ahora entiendo que, todos hemos vivido sin vivir. Parece un enjambre de sinsentidos, lo es, literalmente todo es contradicción y en esencia sin un orden establecido.

Me he dado a la tarea de compartir lo que voy descubriendo, puesto que es como un diario, ese que la mayoría de la gente guarda y atesora, lo esconde de las miradas de los padres, de los hijos, del mundo, pero yo creo que el exponer ayuda a entender que, otras muchas personas, logren saltar esas bardas que los contienen y no los deja avanzar.

Decidí acudir a terapia, sí, es extraño, pero creo que cuando uno entiende que necesitar esa ayuda externa que te permite entender y desdoblar, todo aquello que por si solo, no podemos, no pasa nada. Y la sorpresa fue, que en efecto, no sé nada de mi misma, no me había percatado que todo lo que yo haya hecho o vivido, no todo debo de apropiármelo, guardarlo, acunarlo para no perderlo, sin embargo, la posibilidad de acceder a un cambio en mi interior, es simplemente el aceptar que puedo cambiar mi historia, recrearla y hacerla bajo mis términos, en conciencia de mis decisiones y sabiendo cuáles son mis necesidades, las que de momento, no las tengo aún claras.

Empecé por un conflicto en familia, enojo y frustración con respecto a mi hijo el mayor, me estaba dando, literal, los momentos más confusos y dolorosos. Pero, lo curioso del caso es, que aunque entendía que ya no es mi responsabilidad toda la bola de broncas que él solo se ha causado, la culpa eterna me seguía como sombra, me agobiaba al grado de no entender, cómo seguía manipulándome y, yo dejándome...

Pero eso es solo la punta del iceberg, es solo el principio de un proceso que seguiré hasta el final y pueda decir quién soy y que quiero. ¿Será sencillo?, para nada lo creo y menos cuando te revuelven la cabeza y los sentimientos, los recuerdos y la nula memoria. Cuando te preguntan, ¿de qué te acuerdas  cuando eras chiquita?, mierda, de nada me acuerdo. Y ahí empieza el renovar la mente. 

Las primeras sesiones con Alejandro "el médico  brujo". En la terapia neural, y ahora insertaré lo mejor que pueda la explicación de lo que significa, de tal modo que me puedan entender. 

No es que sea algo extraordinariamente complicado, ni que los términos sean complejos, todo lo contrario, se puede explicar fácilmente con  simples analogías o relacionando situaciones conocida y cotidianas. 

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