Acciones y reacciones

La curiosidad de como la memoria, los sentimientos y las interferencias que se generan es increíble. 

En estos días he tenido, ese llamado clavo que se me atora entre pecho y espada. Sentir como va subiendo desde mi estómago, causando inflamación y desorden, cólicos, retorcijones. Para después viajar hacia la garganta y quedarse estático, llenando mi cuello de estrés, dolor, pesadez. Pareciera que, de alguna forma extraña, se acumulara todo ese enojo en mi espalda, como si cargara una losa pesada, contracturas, mi cuerpo me pide a gritos que lo deje descansar. Pero sé cómo hacerlo. Escupiendo ese enojo, dejándolo salir, hablándolo, comentando con quien tenga a la mano, en este caso el interesado principal de ese enojo, puesto que me siento responsable.   

Mi marido es el ser más pacífico, equilibrado y extraordinario del mundo mundial, es, de los que no se mete en problemas, no discute, no se enoja, salvo claro está, si de verdad, el asunto le causa irritación y puede, lo he visto sin mentir, en dos ocasiones, salirse de sus cabales y levantar la voz; no grita, no se exalta al grado de arremeter contra quien le está espetando su enojo. 

Buena persona, pero todos tenemos un límite. Para vaciar mi frustración, hable de ello, externé mi preocupación, despepité cada cosa que me estaba molestando, no solo por mí, también, por la persona que me estaba causando el estrés, el enojo y la desilusión.

Hablar, externar, es, renombrar; ver desde otro prisma, darle un adjetivo que proporcione deslindarse de ese, esa y verlo tal vez como; el genio de la lámpara, el frasco de los deseos, la montaña embrujada, y entonces, todo cambia, ya no lo guardamos, apropiamos, cargamos, lo dejamos fuera de nuestra burbuja, podemos entonces, darle vueltas, girarlo, acercarnos, alejarnos; no sin entender, que no desaparece, ahí seguirá, solo, ya no será el mismo efecto. 

Entender que, en lugar de "tengo que" es "quiero", cambiamos por entero, asumimos lo que deseamos que nos corresponda y como tal, generamos una herramienta de vida.