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Las dudas de la vida

 Cual es la razón que nos impide tener una salud mental sana. Miedo, vergüenza, no saber a que nos enfrentamos, miles más. Cargar con sentimientos que nos dañan, es como mantener dentro del cuerpo piedras ardiendo, espinas que nos laceran, ahogándonos cada día, por situaciones que, generalmente ya pasaron, por ende, no las podemos cambiar.  Pero el hecho de no cambiarlas, no significa que no se puedan renombrar, ajustar, colocarlas en otra postura. No significa que dejemos de ser quienes somos, seríamos mucho mejores, nos descubriríamos como las personas que en realidad queremos ser, aquellas que nos definen, que nos lanzan a la vida sin esas cargas que solo nos debilitan.  Hace muchos años, yo era como puede haber miles de personas. Llena de insatisfacciones, colmada de vacíos, insegura. Dejaba que la vida me llevara como barcaza sin rumbo en las aguas turbias de un tormentoso mar. Podría no sentirme orgullosa de muchas cosas que hice en la vida, pero llega un punto en q...

Pinto tu historia

 Pinto tu historia con flores y lazos  pies llevo tu abrazo guardado en mi ser, ya encontrarías quien le parezca  y que te sonría  como hice yo ayer, te amé, como la yerba fresca al sol, cuando la sabia trae su olor. Te amé  como el azúcar a granel  como un panal lleno de miel,  te amé, como si fueras tú tan fiel. Fuiste mi amigo no mi prometido,  te amaba en silencio  y tú sin saber,  nubes y rosas tal vez mariposas,  anidan mi mete,  no sabes porqué. Te amé  como la luna en el cenit,  como este sol que me hace andar, te amé. Te amé  como los niños en su portal,  un girasol en su cristal como el pasado que se fue, te amé. Fuiste un extraño te añoraba  a lo lejos, y tu sin sabes y estrellas,  tal vez golondrinas  anidaban mi alma,  no sabe porqué.  Te amé  como este sol que te hace andar, te amé.  

La sombra de tu recuerdo

 El tiempo ha dejado  su huelle en mi rostro, y sin embargo, la sombre de tu recuerdo  sigue siendo mi estorbo. Ya las estaciones del año he visto nace y morir, pero en ninguna de ellas  la sombra de tu recuerdo  ha podido morir. ¿Qué no te bastaron mis frases de súplica, implorando tu perdón! los días en que no vi, ni luz, ni amor. Lo sé, que si lo sé, no a modo de disculpa o de reproche, si tantas caricias  miedo tenía, dejar de ser dios de tu altar. y la sombra de tu recuerdo  poder olvidar.   

Recuerdos, simples recuerdos

 He encontrado esto entre unos papeles, la fecha es de septiembre 2 del 97.  Porque ha sido profundo,  doloroso. agotado ya, querer decir tantas cosas, y a la vez, no tener, Si alguna vez he amado, si he llorado, si muchas veces he querido, he reído, he pensado, más no he logrado hallarte. Te he deseado, seguro de ti mismo, audaz, tierno,  Cómo he pensado en ti,  como mi apoyo, mi sostén, mi verdad, como he deseado un ramo de rosas, caminar por la calle, abandonados, lánguidos, fundirnos en uno solo,  hacer el amor, más no tener sexo.  Hace mucho he sabido,  que amar duele, que amar persiste, que se siembra, se cuida  luego se cosecha, pero también, he descubierto, que es por dos, que es, como estrecharte en mis brazos, y recibir calor y amor,  como decirme: te necesito y,  yo darte apoyo  como darle un dulce a un niño  y te de las gracias, saber que existo y tu saber que eres. Y mucho se puede decir,  son palabras es...

Entre lo cotidiano y lo inesperado

 En estos días, me he puesto a analizar qué debemos hacer para poder ese vaivén que se nos presenta cada día; ese que gira descontrolado entre las cosas cotidianas, las que hacemos como robots, esas que nos llevan a cuestionarnos sobre lo que queremos y debemos. No es novedad que, nos embotamos en los quehaceres cotidianos, dejando de lado lo que nos apasiona, lo que queremos hacer por nosotros y para nosotros, eso que nos llena de gozo y, que en muchas ocasiones, ni siquiera sabemos que es.  En el devenir diario, levantarse, hacer las labores que "debemos", "tenemos", más no aquellas que nos brindan un espacio de reflexión ante la situación que nos encontramos en estos  momentos. Sería de gran ayuda poder identificar eso que podemos hacer en un tiempo, que solo sería para nosotros; tal vez leer, escribir, jugar, saltar, gritar a todo pulmón, pero hacerlo.  Sentir como nuestro cuerpo se deja llevar por una danza sin fin, movimientos inconscientes, dejarnos llevar po...

Apropósito de las verdades a medias

 ¿Quién ha sentido, que no dice toda la verdad y le duele decirla? Es más común de lo que pensamos. Quedarnos con detalles que no terminan de contar toda la verdad que queremos decir. Las causas son muchas; miedo, inseguridad, descaro, que sé yo. El problema es, cuando esas verdades a medias, se vuelven nuestras verdades completas, enredamos de manera descarada y a conciencia, para poder llegar a manipular lo que esperamos de los demás.  He vivido en carne propia, las mentiras que según, no son consientes, que puede que sean un mecanismo de defensa, para desde la perspectiva del que las dice, sea una máscara que lo proteja del inquisidor cuestionamiento. Decirlas forma parte de su vida, las expulsa cual vómito, para no dejar entrever su verdad, su esencia, su interior fracturado y vacío.  Me he cuestionado tantas veces, la razón de sus mentiras. Tal vez, son herencia dejada de una anterior mentirosa profesional, pero, ahora, después de mucho trabajar en ello, he descubier...

De lo privado a lo público

 Me cuesta trabajo entender. ¿Qué necesitamos para que nos muevan el tapate?, esa parte de los seres humanos que nos aferramos a una idea preconcebida, añeja y vetusta. Creemos que no podemos cambiar, cambiar las creencias, cambiar las manías, cambiar nuestros rumbos.  Mentira, cambiamos en el momento en que deseamos hacerlo, sin más previo aviso, que el hacerlo. Dejar de lado aquellas ideologías que nos han atado de manera histórica, que nos han metido hasta el tuétano de los huesos cargados de reumas y atrofiados por la húmeda certeza de, que sin esas memorias, dejaríamos de ser nosotros mismos. Nos dejaríamos caer el el charco inmundo de la vid alegre, cual esquineras, perdidas. La realidad es que, todos cambiamos, a lo largo de nuestra existencia, vamos modificando tantas cosas, tantos pensamientos que, cuando nos damos cuenta, ya no somos, lo que éramos hace quince, veinte y cincuenta años.  El problema es, que nos seguimos quedando con esas muletas que cargamos de m...

Y nos estamos alebrestando

 Últimamente me he cuestionado, ese movimiento desenfrenado por levantar la voz, por querer extender nuestros pensamientos ya sea, en sueños alcanzables de publicar, cooperar, compartir. Ese salir a las calles en marchas, plantones, mítines. Llegar al punto de atascar de noticias sean reales; puesto detrás de ellas, existe un regimiento de personas como cualquiera de nosotros, creando tendencias, que, al leerlas, sin duda alguna, creemos casi todo lo que vemos en las redes sociales.  La gente está despertando, se está involucrando, puede ser que, de todo lo que hable, muchas no sean las correctas, reales o simplemente, que sean de respetar; pero se respeta finalmente, las opiniones de todos, hasta llegar a la necedad. He querido entender este fenómeno desde mi propia perspectiva, como una ciudadana común, que poco entiende de los quehaceres de los que detrás de un escritorio o de sus dispositivos, encaminan a las masas, a pensar en dirección que ellos desean.  Para comenz...

Caos en las letras

Me he sentido muy confundida, ya, desde hace varios meses. Creo que podría decir que, a partir de que inicio la pandemia. Comencé a observar, que las redes sociales se llenaban de anuncios, talleres, pláticas; un ir y venir de muchísimos grupos de lectores, escritores, novatos, con gran carrera, publicados, sin publicar. Con miles de dudas, con muchos hueros que, al parecer, nadie podía explicar. Publicaciones en Amazon, miles de editoriales que cobran o, no cobran nada, aparentemente, dejando a los escritores en ciernes, cumplir su sueño, ese, que todos buscamos y, que pocos acceden.  Tengo hace ya varios años guardados tres libros, dos de ellos, fueron publicados de manera abrupta de mi parte, queriendo saltar esa barda, por diferentes editoriales españolas, serán buenas o no, en mi caso, no me fue nada bien. Logré rescatarlas después de cumplir el contrato estipulado, pagué por el trabajo. Después de mucho tiempo, incluso que terminara otros dos, llegaron los concursos, antes ya...

Tengo. Debo. Quiero

 Ayer me cuestionaron sobre tres palabras. Tengo. Debo. Quiero. L a diferencia entre ellas en el contexto de enunciados que escribí. Lo primero que me vino a la mente cuando puse, tengo, en esas frases fue brutal. Fue como darme un trancazo en la cabeza al darme cuenta de que, era el sentido de obligación. Al igual que, el debo. Sentir que se me atragantaban las palabras en la garganta cuando las leí, sustituí el tengo, por el debo. Es como si una cuerda invisible me rodeara la garganta, palabras que no eran mías, frases que salieron en aparente sin pensar, no porque en realidad fuesen mías, lo que sentía, lo que necesitaba. Al entrar el quiero en ellas, quitando las dos anteriores, todo cobro sentido. No es obligación, no es tener que, ni deber que, es querer solamente.  Pero en este proceso de querer sin saber que es lo que en realidad quiero o necesito, esas palabras resuenan en mi mente como intangibles y a la vez reales.  Había dicho que deseaba tener un espacio para...